A veces pienso que te
olvidaste de ese beso en tu balcón, de ese beso tierno y apasionado. De esa
noche, de lo que me dijiste de lo que sentiste. A veces pienso que te olvidaste
de ese beso que te tomo por sorpresa, que te dio vuelta; de tus labios sobre los
míos, de tus manos sobre mi cintura recorriendo el contorno de mi figura y de
mis manos acariciando tus mejillas, y de mis dedos entrelazándose en tu pelo. A
veces creo que te olvidaste de ese beso interrumpido por esa llamada, de esos
besos apasionados en tu habitación. A veces pienso que te olvidaste de esa
noche, en tu cama. Acostados, mirando la oscuridad de la noche y de a poco
nuestros cuerpos se acercaban y a medida que lo hacían quedamos a milímetros de
distancia, tu boca se volvió irresistible para mí y te bese. Me acompañaste en
ese beso desesperado.
A veces pienso que te olvidaste de todo lo que sentiste mientras estuvimos fundidos en ese momento.
A veces pienso que te olvidaste de todo lo que sentiste mientras estuvimos fundidos en ese momento.