sábado, 24 de septiembre de 2011

Somewhere lost in emptiness, I hope you find this gift...


   Ahí comenzó todo. Lo que vino después no fue tan bueno para ninguno de los dos. Luego de ese momento pasaban cada segundo que tenían juntos, sin saber qué pasaba. A la semana, él se acerco y la llevo. Necesitaban charlar.
  Terminaron en uno de los tantos pasillos del colegio.
-         No puedo. - dijo casi agotando su aire y mirando al horizonte – ... Yo te quiero mucho pero hay cosas externas a mi. No te enojes – dijo suplicando
-         Está bien – dijo sin mostrar lo que verdaderamente le pasaba, se sentía a morir.
-         Pero antes quiero un beso – dijo sacándola del mal momento.

  Era la primera vez, para ambos. A pesar de ser una despedida, fue un beso tierno. Él, la cuidaba con sus labios, ella sentía la felicidad pero mezclada con amargura. Él agradeció por ser la primera chica, jamás se olvidaría de eso. No dijo nada, se quedó sumida en ese beso, que sin duda fue importante.
  El crudo invierno pasaba, y con él vino algo inesperado. El volvió a llevarla al mismo lugar donde habían estado la primera vez.
-         Me gustas mucho – dijo sin preámbulos
Estaba sorprendida
-         Quiero que probemos de estar juntos – dijo esperando una respuesta
No dijo nada aunque en realidad quería lo mismo que él, pero tenia muchísimo miedo, no sabia qué hacer o qué decir ni como actuar frente a él.

   Un día de semana, le pidió que se quedara después de que terminaran las clases, él accedió. Caminaban por los pasillos de la escuela sin rumbo, solo quería estar con él. En ese recorrido, se apoyo detrás de un quiosco, que estaba en uno de los tantos pasillos, y lentamente  lo traía hacia ella, hasta llegar a su objetivo: La boca de él. Entonces, pasó los brazos atrás de él, rodeando su cuello y él rodeó su cintura, fundiéndose en un beso. Un beso que se dio con el corazón, con ternura pero un tanto desesperado. Un beso que estuvieron esperando desde siempre. Como si el mundo se hubiese detenido en el roce de sus labios, tardaron un buen rato en despegarse de semejante beso. En el momento en que quería separar ese beso, él se aferraba a su cintura y la llevaba cada vez más hacía él, entonces entrelazaba sus dedos en su cabello.
   Ahí comenzó todo. Lo que vino después no fue tan bueno para ninguno de los dos.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Charles Bukowski ecribió una vez


"Siempre habrá algo que nos arruine la vida. Todo depende de qué o cuál nos encuentre primero. Siempre estas a punto  y listo para ser arrastrado"