sábado, 2 de abril de 2011

23 de Diciembre



Buscar el lugar ideal. Pasé toda esa semana pensando dónde podría ser, se me ocurrió un lugar donde había estado varias veces y en diferentes ocasiones, acordamos el día y la hora. Encontrarnos.
 Ese día, te vi esperarme en esa esquina que tantas veces cruzamos. Estabas casi tan desesperado como yo, querías ese beso que te olvidaste de todo por un rato y te dejaste llevar. Caminamos hasta el sitio que elegimos, te note tenso, un tanto nervioso y así no servía, te conversé de banalidades pero intentaba descontracturarte, que te relajaras, poco a poco me acercaba.
En el momento indicado te besé. Posé una mano sobre tu hombro derecho y la otra en la mejilla, lentamente cerraste  tus ojos y te sumaste. Pasaste tu brazo, rodeando mi cintura acercándome a vos, cada vez más. Nos besamos, pasamos de un beso tímido a uno desesperado. Sentía tus labios sobre los míos, los míos sobre los tuyos. Tus manos sobre mi cintura. Mis manos acariciando tu cabello bajando a tus mejillas y volviendo a subir. Todo  eso en un  beso cargado de desesperación, mi respiración se agitaba pero no pareció molestarte, seguiste ese camino que trazaban tus labios sin complicaciones. Nos dejamos llevar, sumidos en ese beso durante esa noche de Diciembre.

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