viernes, 8 de abril de 2011

Me gusta estar al lado del camino...



Salgo a la misma hora de siempre, mi camino el mismo de todos los días. Semáforos, algunos autos, autos que me dejan pasar, baches, pozos que puedo esquivar otros que no veo venir, reconozco el camino.  Salgo, me pongo los auriculares la música comienza a sonar y mis piernas pedalean al ritmo de las canciones. Cuadra a cuadra mis pensamientos se dejan caer, algunas veces está bueno y otras, no tanto. Cada paso dado es un recuerdo, una canción. Los autos pasan, me dejan atrás. La gente camina entre apresurada, expectante y contenta. Personas que ríen, hablan, toman colectivos, esperan para cruzar calles, escuchan música, se dejan llevar por el sonido que tiene la ciudad. Animales que te miran pasar, otros que te quieren atacar. Una vuelta por aquí, otra por allá. Calles que vienen, que van, atestadas de autos, despejada de todo vehículo.
El paseo me da esa claridad, despeja unos instantes mis pensamientos pero sólo lo que dura la vuelta. Después los gritos, las voces  se hacen escuchar con más intensidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario